[nǐ pàngle”, “estás gordo”]

nipangle

Siempre he estado más o menos delgada, de hecho, cuando era pequeña me llamaban “saco de huesos”; curiosamente mi amiga de correrías cuando yo no media todavía ni un metro estaba gorda, con lo que formábamos una pareja un tanto singular. En China, por regla general, la gente está muy delgada, incluso bastante más delgada que yo, la verdad es que yo misma podría pasar por gorda en China. Nunca he visto a un anciano chino gordo, aunque cada vez se ven más niños y adolescentes obesos, debido a que la alimentación está cambiando y también, sencillamente, a que se pueden permitir comer más que antes.

El pueblo chino ha pasado mucha hambre. Una de las épocas de mayor hambruna que se recuerda en China, tuvo lugar unos años después de la llegada de Mao Zedong al poder. Al principio de la toma del poder por el Partido Comunista, se vivió una época de estabilidad y bajó la mortalidad debido al final de la guerra y a la introducción de la medicina occidental.  Pero Mao Zedong comenzó una reforma económica que se llamó El gran salto adelantetayuejin en chino (大跃进). La intención era buena, pero, como años después se comprobó, totalmente disparatada.  Se trataba de convertir a la sociedad agraria china en una potencia industrializada en pocos años. Para ello se emprendió la colectivización obligatoria de los campesinos a través de cooperativas agrícolas donde se agrupaba a las familias. La propiedad privada fue completamente abolida y la comuna se convirtió en la base de la organización social de la China rural. Debemos fijarnos en el detalle de que estamos hablando de la China rural, porque en las ciudades no se introdujeron estas reformas. La idea de Mao era convertir a China en la primera potencia mundial en producción de acero. Para ello, los campesinos que vivían en las comunas, debían quemar los utensilios de trabajo del campo y todo aquello que tuvieran en casa que contuviera hierro.  Como los campesinos no trabajaron el campo durante esta época ni tampoco tenían sus herramientas de trabajo, los campos fueron abandonados y la consecuencia directa fue la muerte por hambre de millones de personas. El partido comunista reconoce más de 14 millones, aunque otros hablan de más de 30 millones.

Por esta razón durante los sesenta y setenta, si alguien te decía “nǐ pàngle” (“estás gordo”) era un piropo ya que todo el mundo, sobre todo en el campo, estaba famélico.  Hoy la expresión ha evolucionado de ser un halago a ser un reproche, lo que  tiene su lado bueno, ya que eso significa que los chinos pasan menos hambre.

1 comentario

  1. Hay estudios que afirman que hijos o incluso nietos de generaciones que han sufrido hambruna son más susceptibles a sufrir diabetes, obesidad y problemas cardiovasculares (hay un estudio muy famoso sobre la hambruna que sufrió Holanda en 1944). El motivo del repunte de la obesidad, según estos estudios, es que las generaciones posteriores nacen «programadas» para sobrevivir a periodos de hambre y su organismo apenas quema calorías. Quizá en China haya un repunte del sobrepeso (no tan grave como el de paises que han sufrido guerras) si han pasado generaciones acostumbradas a comer poco. Y si encima importan los hábitos alimenticios de occidente con su bollería industrial y comida rápida pues «se junta el hambre con las ganas de comer» y ya la tenemos liada.

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