Guanxi

关系 (guānxi)

(Guanxi)

En la china de 2012 los chinos siguen su vida diaria con la inconsciencia de no saber que pronto serán los nuevos dueños del mundo. Algunos sí que se han enterado: los privilegiados, es decir los miembros del Partido y los hombres de negocios, que suelen pertenecer al mismo club, círculo, espacio, ámbito, vamos que son los mismos.

Tuve este otoño la enorme suerte de toparme con una típica situación china, que me habían relato en  innumerables ocasiones y de la que se han escrito tratados, tesis y hasta libros. A pesar de ser tan conocida, la situación que  presencié suele tener carácter semiclandestino y no suele producirse en presencia de una laowei. Con este término, los chinos se refieren a los extranjeros que viven en su país; curiosamente este término al igual que “sudaca” o “maricón” está siendo en estos días reivindicado por los aludidos. Ya se ve que los chinos no son tan diferentes como nosotros y ellos solemos pensar.

El suceso ocurrió en una mañana fría de noviembre. Me acababa de duchar cuando alguien llamó a mi teléfono; era tan pronto que por supuesto dejé que sonará y no lo cogí. Esta situación de alguien llamándome a horas intempestivas me ocurría en China con relativa frecuencia y, excepto una vez, el resto de las veces dejé, impasible, que el teléfono sonara. No pasaron ni cinco minutos y de repente alguien aporreó la puerta de mi habitación con insistencia y energía gritando mi nombre con idéntica insistencia y energía: “Ana, Ana”.

Era mi amigo Yang Wen. La última vez que nos vimos me había dicho que iba a dejar de fumar con un convencimiento muy propio de él; Yang Wen es artista así que hay mucha teatralidad en todo lo que hace. Me miró a los ojos fijamente y me dijo: lo dejo para siempre. No sé porque tomó esta decisión tan drástica, él que es un fumador de los que encienden un cigarrillo mientras el que se acaba de fumar está agonizando en el cenicero. Tampoco entendí porque me ofrecía a mí el homenaje de ser la testigo de tan grave decisión.

La cosa es que el día del suceso mi amigo se precipitó en mi habitación con una humareda espesa detrás de él, evidentemente no dije nada sobre aquella promesa solemne, sobre todo porque le noté nervioso y no tarde en enterarme de la causa: mi amigo me explicó que había pasado el fin de semana con dos líderes, es decir, dos miembros del partido, en la montaña del Pie de Pollo, una montaña de peregrinaje budista.

Llevaba ya tiempo en China y no me sorprendía que el tocino se confundiera con la velocidad, es moneda común en china la mezcolanza. No pasa nada: puedes ser budista, maoísta, líder comunista y ambicioso. Todo tiene sentido en la nueva China. En realidad, siempre  ha sido así, y no sólo en China, lo que pasa es que ya no se disimula ni se siente pudor porque nadie se lo plantea como una contradicción.

Mi pobre amigo se había pasado cuarenta y ocho horas pelando frío en la cumbre de esta montaña,  que está por encima de las nubes,  pintando sin parar hasta el punto que  le dolían los ojos. No me puedo imaginar el frío que debió pasar. No sé de que hablaron en aquella cima helada, mientras mi amigo pintaba cuadros a las órdenes de estos tipos, sólo sé que yo formé parte de esa conversación y que, en esos momentos, a las nueve de la mañana, entre un humo espeso, mi amigo me convenció para ir a conocer a los dos líderes.

En China, no para todos, pero sí para muchos, ser amigo de un occidental te da un toque de distinción. No sé que les contó exactamente mi amigo sobre mí, pero cuando llegué a su hotel y entré en la habitación, ellos amablemente me ofrecieron té y me hablaron de quiénes eran y de los planes que tenían para Yang Wen. Sin saberlo, estaba cerrando el círculo de un proceso que había comenzado semanas antes: mi amigo estaba lanzando el guante a estos dos guanxi.

Guanxi es una palabra china formada por dos caracteres, 关(guan) significa cerrar y 系(xi) conexión  y se puede traducir como “relaciones”, si bien, el término en China se refiere a una red de conexiones y favoritismos, que todo el mundo conoce, que todo el mundo usa  y soporta, claro.  Si quieres montar un negocio, por ejemplo, puedes seguir los cauces legales o conseguir un guanxi que hará que todos los permisos sean más rápidos y eficaces. Es evidente que no todo el mundo está de acuerdo con este sistema al margen de la ley y que incluso tener una dependencia de este tipo puede hacerte perder más que ganar, porque los guanxi no son gratuitos y el favor se paga con favor: dinero si tienes dinero, en forma de sobornos, regalos o comilonas. O en el caso de mi amigo, dejándose las pestañas en aquella montaña.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s