La fiesta de las antorchas en Wangqiao 湾桥

Ayer se celebró en Dalí, el festival de las antorchas. Tuve la suerte de ir a casa de mi amiga Shuang Fei en una villa Bai en las montañas.

Su familia me recibió como esperaba, con la amabilidad tan característica de los chinos. Disfruté muchísimo de la deliciosa comida que Shuang Fei había preparado: pescado picante, repollos pequeños chinos con ajo, trocitos de carne de cerdo con pimientos verdes, raíz de loto frito y ensalada de pepino. Delicioso. Nos reímos mucho. Entre mi chino, el inglés de mi amiga y que a veces la familia hablaba en Bai, aquella comida parecía la cena en la torre de Babel. Eso sí mucha sonrisa, que al fin al cabo es el lenguaje universal que todo el mundo entiende.

Después de la cena, nos fuimos a la plaza del pueblo. El pueblo se llama Wan Qiao y tiene un aspecto curioso, que no acabo de entender. Por un lado las casas tienen la típica arquitectura de las casas de Dalí (ver foto), pero muchas de ellas no están terminadas. El pueblo está sin asfaltar y no tiene luz nocturna, por la noche no se ve nada; por eso una de las tías de Shuang Fei me cogía cariñosamente del brazo y me acompaña por los caminos embarrados.

En la plaza del pueblo nos esperaba una enorme antorcha y una película.

Su forma de celebrar la fiesta es ir al cine, esta idea me pareció estupenda porque me encanta el cine; pensé entonces que quizá este tipo de eventos, pueda salvar el cine de sus horas bajas.