Yu Hua cambió su forma de escribir a partir de los noventa, es decir, en el proceso de escritura de Vivir y Crónica de un vendedor de sangre. Hasta entonces, según ha contado en innumerables entrevistas, Yu tenía una escritura muy controlada. Conocía al detalle lo que les iba a pasar a sus personajes antes de haber escrito una sola palabra. Es muy probable que el efecto de vida de Vivir del que hablé en la primera entrada de esta serie sobre la novela Vivir tenga mucho que ver con este cambio en su concepción creativa.
Otra de las razones quizá puede tener que ver con la manera en que Yu concibe la literatura, escribe, en parte porque le gusta experimentar una vida ajena a la suya[1]. Lo mejor de todo es que a los lectores nos hace partícipes de esta misma experiencia vicaria.
[1] Zhang, Xin. A Conversation with Yu Hua . Center for Chinese Studies de UCLA.