Esto que sigue no pretende ser un juego de palabras: Vivir de Yu Hua es una novela que trasmite vida. No sólo por el argumento, la vida de Fugui y las tres generaciones de su familia desde los años cuarenta a los ochenta en China, sino también por sus recursos estilísticos y por el propio método creativo de Yu Hua (de su método creativo hablaremos en posteriores entradas).
La vida sigue siendo un misterio, pero el efecto de trasmitir vida en el terreno de la ficción es un secreto que Yu Hua conoce. El escritor se vale de muchos recursos para conseguirlo. Uno de los que más llama la atención es que los personajes de Vivir no tienen ningún problema en cagar, eructar, follar y morir, sobre todo morir, funciones todas ellas fisiológicas. Yu Hua escribe:
No le gustaba cagar en la habitación, en el bacín de al lado de la cama, prefería hacerlo en el campo raso, como el ganado[1].
…igual que cuando bebes mucha agua y tienes que aliviarte o, hablando en plata, tienes que mear[2].
Sólo de viejo, cuando ya no le daba el cuerpo para andar follando, sentó cabeza[3].
Aunque parezca una paradoja este efecto de vida se potencia incluso más con la presencia de la muerte, que recorre toda la novela. De hecho, las muertes son tan numerosas e inesperadas que sin duda el lector se plantea que ha querido decir Yu Hua al titular su novela Vivir.
Quizá que, al fin y cabo, vivir es morir.
(Continuará)
Totalmente de acuerdo. Pese a haber llorado como una magdalena cuando lo leí no es para nada un libro triste, sinó todo lo contrario. Es un libro precioso que, a pesar de lo trágico que es, te llena de vida.