Para los japoneses, el fundamento de su expansión durante la II Guerra Mundial era la necesidad de materias primas para su industria y para mantener su pretensión de ser el líder de un movimiento panasiático, que son ideas semejantes a las que podemos encontrar en los argumentos alemanes. La Alemania nazi defendía su derecho a aumentar su espacio vital (lebensrau) a gran parte de la Europa continental. Lo que también es cierto es que las naciones europeas, Francia, Inglaterra, e incluso Estados Unidos, tenían una política colonial muy agresiva, que afectaba de forma significativa a Asia.
Se vivieron tiempos de ambición desmesurada. Pero la expansión japonesa responde también a un deseo de poder, no sólo a hacer frente a las pretensiones del resto de los países colonizadores, especialmente de Inglaterra.